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La historia del pan de muerto

La historia del pan de muerto tiene un origen en la época precolombina, antes de la llegada de los españoles a América, y ha sido una tradición mexicana que se ha mantenido a lo largo de los años, aunque, claro, su receta original ha sido modificada para acatar las costumbres actuales. 

Así como el Día de muertos es una tradición de todas las familias que vivimos en México, los elementos que conforman esta festividad son esenciales para celebrarlo. Según cada región, los antepasados llevaban a cabo rituales particulares que han sido compartidas de generación en generación y hoy descubrirás un poco sobre el característico pan de muerto que no puede faltar en los altares. 

Historia del pan de muerto: dos posibles orígenes

A la fecha, existen dos versiones sobre la historia del pan de muerto y la razón de su origen. Por un lado, y la más conocida, es que su origen se remonta a sacrificios para los dioses aztecas; mientras que la otra, nos habla de una ofrenda para Cihuapipiltin.

Lo que sabemos con certeza es que la historia del pan de muerto inicia en la cultura azteca, pero, a continuación, conoceremos un poco más a fondo sus versiones. 

La mancha roja en la historia del pan de muerto 

Esta primera explicación se establece con los aztecas, donde se realizaba el sacrificio de una mujer, en forma de ofrenda a los dioses, arrancándole el corazón y metiéndolo en una vasija con amaranto para “sazonarlo” porque el oficial de la ceremonia debía comerse una parte del mismo. 

Además, se realizaba un pan con la sangre derramada y el amaranto molido y tostado. Pero, a la llegada de los españoles, quienes desaprobaron los sacrificios humanos y la antropofagia, modificaron la receta original, introduciendo harina de trigo y azúcar. En esta historia del pan de muerto castellana, el pan se moldeaba en forma de corazón humano y el azúcar era tintado de rojo, para simular la sangre. 

Otro tipo de ofrenda: el huitlatamalli

Dentro de las tradiciones y los cuentos, también se encuentra la historia de los Cihuapipiltin, espíritus femeninos de quienes fallecían al dar a luz, regidos por Cihuacóatl, recolectora de almas y diosa del nacer y fallecer. 

Se creía que podían encontrarlas en los cruces de caminos, llorando por sus hijos, de ahí que los españoles tomaron esta creencia, difundiéndola como la historia de una mujer que asesinó a sus hijos y a la que se le podía escuchar llorando por ellos, originando la leyenda de la Llorona

Sin embargo, la cultura prehispánica consideraba a estas mujeres guerreras caídas y se creía que rondaban en el aire, esparciendo enfermedades a los niños, por lo que se decidió dejarles ofrendas en los templos. Uno de los regalos que se les dejaba era el huitlatamalli, una especie de tamal que se asemeja a la versión actual del pan de muerto

¿A qué se debe la característica forma del pan de muerto?

Detrás de la historia del pan de muerto, podemos encontrar el significado de la forma que se ha mantenido a través de los años. Su forma circular es la representación del ciclo de la vida y la muerte, mientras que el círculo en la parte superior central, simboliza el cráneo o la cabeza. Las hileras de pan, en forma de huesos, precisamente hacen alusión a ellos, al mismo tiempo que representa las lágrimas derramadas por aquellos que ya no están con nosotros. 

Dichas hileras en forma de hueso se coloca en forma de cruz y se tienen la hipótesis de que esta colocación simboliza los cuatro puntos cardinales, consagrados a los dioses: Quetzalcóatl, Tláloc, Xipe Tótec y Tezcatlipocatl. De forma que representan los rumbos de la cosmogonía prehispánica. 

La historia del pan de muerto, evolucionando su receta

A través de todo México, existen alrededor de 800 variaciones de pan de muerto, desde colores de azúcar diferentes, formas, y sabores. Sin embargo, lo más común es encontrar el pan de muerto con la forma tradicional y cubierta en azúcar. 

Según el estado o región, se acostumbran diferentes tipos de elaboración e ingredientes, por ejemplo, en Puebla se le suelen colocar semillas de ajonjolí, mientras que en Oaxaca es un pan de yema, decorado coloridamente. 

En la Ciudad de México se puede encontrar pan de muerto cubierto de azúcar roja, manteniendo la representación de la sangre, y relleno de chocolate. Similarmente, en Yucatán, a veces, se rellena de queso crema. 

En Guerrero se puede encontrar de diferentes formas y se dedican a un difunto en especial; en Guanajuato, es común encontrar el pan de muerto con figura humana y, aquellos glaseados con un centro rosa, representa a los adultos. 

Así se pueden encontrar diferentes variaciones del pan de muerto y cada una tan deliciosa como la otra. ¿Te atreverías a preparar tu propia versión? Por ejemplo, un pan de muerto con un poco de Vainilla sabor a Crema Irlandesa o con Vainilla sabor a Nuez de La Anita, definitivamente un toque delicioso para darle un sabor único. 

Te invitamos a ver las video recetas que tenemos en nuestro canal de Youtube para que practiques tus dotes culinarios, disfrutes los múltiples platillos que puedes disfrutar con La Anita y ¡te aventures a preparar tu pan de muerto casero!